Es una pregunta muy frecuente durante las sesiones de modificación de conducta en DaDog es que opino sobre los pipicanes. Solo que salga esta pregunta es reconfortante ya que demuestra que los propietarios tienen una relativa desconfianza en la idea de muchos perros desconocidos sueltos sin control ninguno. Son de fiar?

Hay un consenso sorprendente entre los educadores y adiestradores caninos. Mientras la mayoría aconsejan a sus clientes de ir con cuidado, nosotros mismos no llevamos a nuestros peludos en los tal llamados Pipicanes a menudo. La principal razón para eso es que un adiestrador ya pasa suficiente tiempo entrenando a su perro tanto física como mentalmente y así el Pipicanes simplemente no es necesario. Y en segundo lugar – estos recintos pueden ser peligrosos. Explicamos:

Mucha gente defiende la teoría de “Dejados! Ellos son perros, se entienden entre ellos”. Esta convicción se basa en la teoría de la jerarquía  de las manadas que lleva condicionando nuestra manera de entender el comportamiento de nuestras mascotas desde hace muchos años. Esta teoría describe una manada estable donde los conflictos están llevados al mínimum porque los animales que forman parte de ella ya han establecido sus rangos y todo el mundo conoce bien su lugar. Y aun que puede ser que sea una buena filosofía en alguna situación, los pipicans no son manadas estables. Todo lo contrario. La jerarquía dentro de un pipican cambia tanto que pasa a ser irrelevante. Y los últimos estudios muestran que estos parques no son el mejor lugar para establecer vínculos sanos y beneficiosos para nuestros canes.

Para contestar si es seguro llevar a nuestros perros en el pipican vamos a mirar dos cosas – lo que sabemos y lo que no sabemos en cuanto los parques de perros.

Que sabemos?

Sabemos con certeza que el entorno en el pipican cambia, a veces continuamente. Algunos perros vienen. Otros se van. Algunos corren. Algunos tienen juguetes mientras los propietarios de otros distribuyen premios.

También sabemos que los perros van sin correa, que también dificulta mucho el control que tenemos sobre ellos.

Lo que no sabemos?

No conocemos el nivel de educación tanto del perro como de los dueños. Han ido a clases de obediencia para perros?

Tampoco sabemos cómo se van a caer dos perros dejados a conocerse.

Por estas dos razones, los adiestradores caninos con conocimiento en etología y psicología preferimos no recomendar los pipicans como principal lugar de socialización. Los riesgos a menudo superan los beneficios.

Aun así, somos muy conscientes que los pipicans son el único lugar donde algunos perros pueden hacer algo de ejercicio. Son cómodos y fáciles y la gente seguirá yendo. Por esta razón os dejamos un par de consejos para los que los van a utilizar.

Ir con alguien. Si tu perro ya ha ¨hecho una manada¨ y va con su mejor amigo hay menos posibilidades de que los demás perros lo molestan.

No te pares. Los pipicans no son un sitio donde los dueños dejan a sus perros sueltos mientras ellos se sienten en un banco a contar cotilleos. Son espacios donde los propietarios y los perros interactúan, juegan, crean vínculo, etc. Si los propietarios hacen un grupo es posible que algún perro se piense que tiene que proteger algo (el lugar, algún juguete, su propietario, etc.) y esto puede provocar conflictos.

Evita las horas punta. Así no habrá tantos perros y probablemente todos estaríamos más tranquilos.

Vigila las siguientes cosas:

  • Dos o más perros persiguiendo a otro. Cuando dos perros se persiguen cambiando de rol es juego sano. Cuando varios van a por uno es caza.
  • Dos o más perros contra uno. Las mismas reglas de juego – los roles tienen que cambiar para que esto sea un juego sano.
  • Tumbando al otro. Eso no es una forma voluntaria de sumisión. Si un cachorro se tumba solo esto es una decisión propia. Si lo tumba y aguanta otro perro más grande es abuso.
  • Revolcar – esto es común cuando varios perros persiguen a uno. Pero también puede pasar en un juego bruto entre dos perros.
  • Gemir – prestar mucha atención por si algún perro gime durante el juego. Es una cosa que de un aviso y el otro perro se retire, y es otra cosa que no pare de abusar de su compañero.
  • Esconderse – debajo de los bancos, en las esquinas, en tus piernas, donde sea. Si ves que este comportamiento persiste, es muy probable que tu perro ya haya pasado su umbral de tolerancia del pipican.
  • La cola entre las piernas – esto es una posición de sumisión y miedo. Si tu perro tiene a presentar este comportamiento cada vez que ve a otro canino, probablemente el pipican no es el mejor sitio para él.

Antes la duda, si no ves claro que el juego es agradable para todos los perros, mejor coge a tu mejor amigo y llévatelo de allí. Más vale prevenir que curar.