Todos queremos que nuestras mascotas tengan lo mejor que les podemos dar. Una de las maneras mas facil de relacionarse con ellos y de ver la felicidad en sus ojos es a través de la comida. Y aún que de vez en cuando algo de comida casera no les hace daño debemos de ser muy prudentes y prevenir que nuestros amigos coman una seria de productos que pueden ser peligrosos y hasta pueden llevar a la muerte de la mascota.

El ajo y la cebolla contienen niveles muy altos de tiosulfato, que es difícil procesar para los perros y los gatos alimentos-peligrosos-corregida interfiere con e ciclo de vida de la sangre afectando los glóbulos rojos, y pueden provocar anemias. A su vez estas pueden derivar en problemas renales, por la alta tasa de destrucción de glóbulos rojos.
Las dosis peligrosas son variables, y se relacionan con el peso del animal. Dada la peligrosidad aún con pequeñas cantidades, es importante evitar incluir estos alimentos en la dieta, ni tan solo en casos esporádicos.

Las uvas y pesas parecen a ser muy peligrosos para nuestros peludos. La causa exacta aún no está identificada, pero se suspechan variías posibilidades – desde que sea debida a un componente de las propias uvas, a la presencia en las mismas de micotoxinas o metales pesados, o incluso que los viñedos o las propias uvas (para su conservación) hubiesen sido tratados con productos tales como herbicidas, pesticidas o fungicidas. En resumen podría tratarse de alguna toxina o de un veneno.
Y aunque la causa no está clara, se han dado muchos casos de de fallo renal agudo (los riñones dejan de funcionar de repente) en perros con un denominador común: el consumo de uvas o pasas justo antes del fallo renal. En cuanto a los síntomas que presentan los perros intoxicados, consisten en vómitos e hiperactividad en las primeras 24 horas tras la ingestión, a veces los perros también presentan diarrea, y en estos casos tanto los vómitos como las heces contienen restos de uvas o pasas parcialmente digeridas. Después de esas primeras 24 horas, los perros comienzan a presentar anorexia, letargo y depresión; pueden presentar también abdomen doloroso y llega un momento en que dejan de beber y de orinar; al final los riñones fallan y la mayoría de los perros mueren.

El Chocolate tiene teobromina, un alcaloide que se parece a la cafeína. El análogo químicamente puro de la teobromina se utiliza en medicina como diurético y estimulante del corazón. Los perros metabolizan más lentamente teobromina y se pueden enfermar y morir por comer demasiado chocolate. ¿Cuánto es demasiado? Depende del tipo de chocolate: chocolate para fundir tiene 10 veces más teobromina que el chocolate con leche y miles de veces más que el chocolate blanco. Lo mejor es evitar que consuma chocolate en general: les provoca vómitos, diarreas, hiperactividad hasta llegar al paro cardíaco, infartos y muerte. Puede tardar horas e incluso días en manifestar los síntomas. Después de una intoxicación aguda por ingestión de una cantidad grande de chocolate, la muerte puede sobrevenir en 6 a 24 horas. Por ejemplo, una tableta de chocolate negro (no demasiado puro, de un 40% de cacao) de 200 g puede matar a un collie. Y en los casos de intoxicación crónica, cuando un perro consume pequeñas cantidades de chocolate pero de forma continuada, el animal puede presentar una insuficiencia cardiaca progresiva, que le puede llevar igualmente a la muerte.

El café y el té no son recomendables para el perro por su contenido en sustancias excitantes (cafeína y teína) y puede ser veneno puro para nuestros amigos de cuatro patas, causando aumento el ritmo cardiaco, apoplejías, coma y la muerte.

El Aguacate provoca vomitos y diarreas por una sustancia llamada Persin, que es extremadamente tóxica para los animales. No es sólo la carne comestible del aguacate es peligrosa, sino toda la planta de aguacate: la semilla, corteza y hojas.

Los Huesos y la carne cruda son peligrosos para los perros, aún que formarían parte de su dieta diaria si fueron salvajes. Pueden causar estragos en el sistema digestivo del animal: rotura de los dientes, lesiones en la boca, huesos pegados en el estómago, hemorragias graves del recto, etc.

La leche también es peligrosa para el sistema digestivo del perro. La mayoría de los perros tienen intolerancia a la lactosis como les faltan las enzimas necesarias para disolver el azúcar en la leche provocando vómitos, diarreas y otras molestias gastrointestinales. Si ves que a tu perro le gusta, dale sólo leche sin lactosa, rebajada en bastante agua.

Los chicles y caramelos sin azucar tienen xilitol, que es estremadamente peligroso para los perros. Los perros que hayan ingerido productos endulzados con xilitol pueden sufrir una bajada de azúcar en la sangre: hipoglucemia, pudiéndose producir pérdida de coordinación, depresión, colapso o accesos 30 minutos después de la toma. Así que, ante cualquier accidente, si vuestro can come caramelos o chicles con xilitol, lo mejor es ir inmediatamente al veterinario.

El Alcohol contiene etanol, un auténtico veneno para el perro que intoxica sus sistemas nervioso y digestivo, y especialmente el hígado, afectando también al sistema circulatorio y al sistema respiratorio.

La comida para gatos tiene muchas grasas; más de las que puede digerir un perro. De igual manera para el perro tiene unos índices de proteínas muy altos. Con todo ello si el perro como el pienso de sus hermanos gatos tendrá problemas digestivos y podrá acabar con una pancreatitis.

Los embutidos son alimentos muy grasos y con mucha sal que pueden generar problemas digestivos y pancreatitis a los perros.

Las nueces y frutos secos en general como tienen demasiado fósforo son perjudiciales para el perro ya que pueden producirles cálculos (piedras) en la vesícula, viéndose afectados sus riñones, su sistema nervioso y sus músculos.

Las pieles, hojas y tallos de patata aunque el contenido del interior de la patata no es perjudicial para el perro, sí lo son las pieles, las hojas y los tallos de la planta. Hay que tener especial cuidado con las partes verdes de la planta porque contienen solanina, que es un veneno natural que puede matar al animal.

La sal es un réto para el sistema digestivo canino y a los perros les resulta muy difícil de eliminar; de hecho sólo pueden hacerlo a través de las almohadillas de las patas. La retención de sal puede causarles problemas de corazón, de hígado, renales y de hipertensión arterial.

Los tomates, y en especial los tomates verdes, tienen mucha solanina que, como ya hemos indicado es un veneno mortal para el perro. Además, los tomates son demasiado ácidos para su sistema digestivo y les pueden producir dolores, vómitos y diarreas.